Terapia corporal y bioenergética integrativa
Desde el cuerpo ponemos la intención en conocer y comprender nuestras reacciones corporales, aprendiendo a autoregularnos por medio de la corregulación previa con la presencia del terapeuta Es un enfoque terapéutico que atiende al cuerpo acorazado observando las reacciones corporales y de nuestro sistema nervioso con la finalidad de sanar las secuelas y los bloqueos energéticos que quedaron en el cuerpo.
Mediante terapia corporal con nociones de Somatic Experiencing, la teoría polivagal y la bioenergética, observamos las reacciones a nivel de Sistema Nervioso de manera integral (reacciones corporales, emocionales y comportamentales) en base a la interpretación automática aprendida de la realidad percibida desde la infancia y almacenada en el cuerpo a modo de memorias celulares y corporales. Sabemos que contamos con un sistema nervioso que nos permite desde percibir el mundo, a sentirlo e interaccionar con él. Este sistema nervioso está extraordinariamente dotado de manera natural para la supervivencia y resiliencia como seres interdependientes estableciendo conexión y vínculos con otros seres de nuestra especie. De esta ventaja y maravilla de cuerpo humano, es del recurso que más tiramos en este enfoque. En más ocasiones de lo que nos gustaría, durante nuestro desarrollo (y por lo tanto el de nuestro sistema nervioso), no percibimos una seguridad plena o la nutrición afectiva de la que requerimos. Ante esto, y como capacidad de resiliencia y supervivencia, se establecen reacciones neurológicas que muy a menudo se quedan estancadas en un momento de la infancia en forma de coraza. Este enfoque terapéutico trata de resignificar el trauma y actualizar el sistema nervioso de la persona para actuar en el presente con estrategias de autorregulación que permiten encontrar las claves para anclarse a esa seguridad tan necesaria y vital permitiendo que la energía se movilice como necesite y confiando en la sabiduría de la misma. Todo lo que sentimos como una amenaza física directa o posible daño emocional, hace que nuestro cuerpo como unidad reaccione ante el menor estímulo que conecte con ello. Se da entonces dos posibilidades de respuesta, una respuesta dorsal o de congelación; o bien una respuesta simpática, o de activación (lucha o huída). El trabajo corporal reeduca a nuestro cuerpo en un proceso de co-regulación para que se de respuesta ventral y por lo tanto pueda producirse comunicación entre los tres centros cerebrales de manera integral (cuerpo, emoción y razón), sin que quede interrumpido el camino. De esta manera las respuesta son más conscientes y están relacionadas con la situación actual real en lugar de la situación pasada donde pudo producirse la herida o trauma. *Si te resuena, te invito a una entrevista personal y gratuita para un primer contacto sin compromiso